
Dos de mayo de 1808, denominación por la que son conocidos los sucesos ocurridos en esa fecha, cuando el pueblo de Madrid se sublevó contra la ocupación de las tropas francesas de Napoleón I Bonaparte, con lo cual se dio inicio a la guerra de la Independencia española. El amotinamiento madrileño fue una mezcla de espontaneidad popular y preparación, si bien escasa, militar, que contó con una contundente réplica por parte de las unidades invasoras. No obstante, los sucesivos levantamientos provinciales se generalizaron. Es esta una fecha emblemática en la historia de España, considerada como el punto de partida “oficial” de la edad contemporánea en ese país.
El rey Fernando VII, camino de Bayona —a donde había sido convocado por Napoleón—, dejó al frente del gobierno a su tío, el infante Antonio Pascual de Borbón. Los franceses contaban con un impresionante ejército de 50.000 hombres, situado en calidad de “aliado” en torno a Madrid, bajo el mando de Joachim Murat. El domingo 1 de mayo, el malestar era tan evidente que el propio Murat fue apedreado por desconocidos. El 2 de mayo estaba previsto que el resto de la familia real partiera hacia Francia. El chispazo emotivo se desencadenó a las 9 de la mañana, cuando la muchedumbre se soliviantó al ver cómo se obligaba al infante Francisco de Paula de Borbón, hermano de Fernando VII, a salir del palacio real por la fuerza. El amotinamiento se extendió por todo Madrid, con cerca de 30.000 ciudadanos enfrentados a las bien pertrechadas fuerzas francesas. Desde el parque de Artillería de Monteleón, los capitanes Luis Daoíz y Pedro Velarde y el teniente Jacinto Ruiz recogieron el envite popular. Los combates fueron encarnizados y desiguales, así como durísima la represión de las victoriosas tropas de Murat. Esos acontecimientos fueron inmortalizados por el pintor español Francisco de Goya en El 2 de mayo de 1808 en Madrid: la lucha con los mamelucos y en El 3 de mayo de 1808 en Madrid: los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío, así como en algunas de las obras de su serie Los desastres de la guerra.
Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta®
El rey Fernando VII, camino de Bayona —a donde había sido convocado por Napoleón—, dejó al frente del gobierno a su tío, el infante Antonio Pascual de Borbón. Los franceses contaban con un impresionante ejército de 50.000 hombres, situado en calidad de “aliado” en torno a Madrid, bajo el mando de Joachim Murat. El domingo 1 de mayo, el malestar era tan evidente que el propio Murat fue apedreado por desconocidos. El 2 de mayo estaba previsto que el resto de la familia real partiera hacia Francia. El chispazo emotivo se desencadenó a las 9 de la mañana, cuando la muchedumbre se soliviantó al ver cómo se obligaba al infante Francisco de Paula de Borbón, hermano de Fernando VII, a salir del palacio real por la fuerza. El amotinamiento se extendió por todo Madrid, con cerca de 30.000 ciudadanos enfrentados a las bien pertrechadas fuerzas francesas. Desde el parque de Artillería de Monteleón, los capitanes Luis Daoíz y Pedro Velarde y el teniente Jacinto Ruiz recogieron el envite popular. Los combates fueron encarnizados y desiguales, así como durísima la represión de las victoriosas tropas de Murat. Esos acontecimientos fueron inmortalizados por el pintor español Francisco de Goya en El 2 de mayo de 1808 en Madrid: la lucha con los mamelucos y en El 3 de mayo de 1808 en Madrid: los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío, así como en algunas de las obras de su serie Los desastres de la guerra.
Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta®